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El profesor Josep Sorribes asegura en una clase magistral por las calles del Cabanyal que el barrio se habría regenerado solo sin la prolongación

El Russafa frustrado del frente marítimo

2014-11-18Publicat per:
Las calles del Cabanyal fueron ayer el escenario de una clase magistral del profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València, Josep Sorribes, quien aseguró que el antiguo barrio marinero de arquitectura modernista popular «se hubiera regenerado naturalmente como lo ha hecho el barrio de Russafa», en l'Eixample, si no se hubiera cruzado por medio la prolongación de Blasco Ibáñez. Según Sorribes, el Cabanyal, declarado Bien de Interés Cultural, «tiene suficientes recursos endógenos» como para haberse podido regenerar si no hubiera sido por el plan urbanístico de la prolongación aprobado hace 16 años por el gobierno de Rita Barberá, un proyecto que calificó como una «burrera» de la alcaldesa. El Cabanyal, destacó, «es un barrio con mucho dinamismo que cuenta con elementos culturales y sociales, además del clima y las playas, a su favor». No ocurre lo mismo, apunta Sorribes, con Natzaret, donde hay zonas muy degradadas urbanísticamente, o la Malva-rosa, que sí necesitan de un plan de regeneración.

Russafa en unos años ha pasado de ser una zona marginal y decadente a convertirse en un barrio de moda, con calles y aceras renovadas, donde proliferan galerías de arte, despachos de diseño y arquitectura y también numerosos locales de ocio. Según Josep Sorribes, el Cabanyal podría hacer sido el Russafa del frente marítimo, sin embargo, la prolongación del Cabanyal y la suspensión de las licencias para rehabilitar viviendas lo ha sumido en el abandono y la degeneración social y urbanística.

Una treintena de alumnos de Sociología y Ciencias Políticas de la Universitat de Valencia pudo comprobar in situ el deterioro del barrio. Sorribes les guió en una ruta que arrancó en las Atarazanas, una joya del gótico civil restaurada pero, a su juicio, «infrautilizada», y acabó frente al balneario de las Arenas, pasando por las calles Escalante, Progreso, Pescadors, Barraca y San Pedro, la «zona cero» del barrio, donde abundan los solares vacíos que degradan el entorno y las casas ocupadas.

La avenida del Mediterráneo marca la zona en la que empieza a verse la degradación del Cabanyal. Sorribes explicó que el patrimonio arquitectónico, salvo excepciones como la calle de la Reina, «no es lo más importante del barrio». Lo más valioso, declaró Sorribes, es su trama viaria „que el gobierno local ha llegado a definir en algún momento como «callejuelas mal aireadas»„ y sus estructura de calles paralelas al mar que permiten la entrada de la brisa marina.

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