JOSEP SORRIBES. Trivialidades, legitimidad y ética. El País-CV. 02/05/2000

Justo lo contrario de lo que practica la Sra. Barberá cuando espeta que “para cambiar el plan del Cabanyal hay que ganar antes unas elecciones democráticas”. Esté yo de acuerdo en el 100% , el 80% o el 50% con posturas defendidas por la plataforma de Salvem el Cabanyal, no son maneras señora alcaldesa, no son maneras.

Trivialidades, legitimidad y ética       JOSEP SORRIBES //

Siempre cometo el mismo error : suponer que mi capacidad de asombro es cada vez más limitada . Error que han venido a confirmar algunos hechos acaecidos en el mes de abril. Vayamos por partes y hablemos, en primer lugar, de trivialidades . Yo le rogaría encarecidamente a Eduardo Zaplana que nos aclarara a aquellos que no tenemos su fino instinto político qué es lo que el considera importante , “cuestión menor” o trivialidad. Y digo ello porque, en el rocambolesco asunto del consejero Cervera, tan pronto quitaba hierro a la cosa definiéndola como “cuestión menor” como reconocía que “la esceneografía del caso Cervera puede no ser la mejor de todas” o filtraba a la prensa que se había sincerado con sus colaboradores manifestándoles su malestar porque el susodicho consejero no le había presentado voluntariamente la dimisión, facilitándole las cosas. Bonito lío de dimes, diretes, afirmaciones y contraafirmaciones. Cierto que su impávido perfil le es de gran ayuda para, con toda naturalidad, desdecirse, cambiar de opinión o hacer cualquier otro giro, permitido o no por el código de circulación, pero los ciudadanos estamos sinceramente confusos. Confusos aunque acostumbrados porque me viene a la memoria la encendida defensa que hizó el Sr. Ripoll de su esposa cuando se dudó sobre la transparencia de su situación laboral en la Universidad de Alicante y nos salió con aquello de que el amaba mucho a su esposa y si no fuera por ella, él no habría llegado tan lejos. Magnífica argumentación. Casi tan buena como la del alto mando militar quien hace pocas fechas nos intentaba convencer que el haber bajado el coeficiente intelectual exigido para formar parte del ejército profesional no tenia relevancia . Al final, ¿qué es lo trivial y qué lo importante? La relatividad de Einstein era otra cosa.

Hablemos de legitimidad. Quien gana manda. No sólo está legitimado democráticamente para hacerlo sino que la dejación de poder es mala y perversa costumbre. Pero una cosa es la legitimidad y otra cosa es la bondad de las medidas que uno toma. El ganar unas elecciones no garantiza el acierto y por ello es bueno saber oír, dialogar e incluso, si es posible, consensuar las políticas. El margen de error es menor y se demuestra una apreciable sensibilidad democrática . Justo lo contrario de lo que practica la Sra. Barberá cuando espeta que “para cambiar el plan del Cabanyal hay que ganar antes unas elecciones democráticas”. Esté yo de acuerdo en el 100% , el 80% o el 50% con posturas defendidas por la plataforma de Salvem el Cabanyal, no son maneras señora alcaldesa, no son maneras.

Por último, y hablando de ética el asuntillo del solar del barrio del Carmen clama al cielo, se mire por donde se mire, y aducir como causa atenuante la “ingenuidad” me parece hilarante. No he consultado en el diccionario los términos de prevaricación, cohecho, incompatibilidad etc.., pero, por puro y simple sentido común, el tema es impresentable. Un responsable público no puede hacer negocios en la ciudad porque no se puede ser juez y parte. El sentido de la decencia política – responsabilidades legales y políticas al margen- se está perdiendo a tasas exponenciales. Lo dicho, no digas nunca jamás o, en mi caso, no presumas nunca de estar curado de espanto.