Entrevista a F. Villora Nicolau, per Hortensai García. Levante-emv 10-06-2019

“Salvem el Cabanyal debe dejar ya la trinchera”

Asegura que han cumplido con la paralización de Blasco Ibáñez, poniendo en órbita un plan sin derribos

El histórico dirigente de Salvem El Cabanyal justifica la disolución de la plataforma que paró los derribos y la ampliación de Blasco Ibáñez. Admite que queda mucho por hacer y reivindica la normalización de la vida en el barrio, al tiempo que confía en el nuevo plan urbanístico.

Tras más de dos décadas dando la batalla, el tiempo de la histórica plataforma Salvem el Cabanyal. Así lo asegura su histórico dirigente Faustino Villora quien asegura que con la prolongación de Blasco Ibáñez enterrada ha llegado el momento de dejar la trinchera y seguir trabajando por el barrio pero desde la normalidad.

¿Por qué han decidido disolver ahora Salvem el Cabanyal cuando la regeneración del barrio está aún por llegar?

Nuestro primer y único objetivo era la derogación del plan urbanístico que partía el barrio dos. La paralización de la prolongación de Blasco Ibáñez es un hecho ya, es incuestionable y así lo entendemos. Nadie en las elecciones lo ha reivindicado. Una vez que vimos que la prolongación de Blasco Ibáñez era un hecho pedimos un plan urbanístico que ya está en aprobación inicial.

El PP si quiere revisar el plan

Bueno, vamos a ver. El nuevo plan ha pasado el periodo de exposición pública y nosotros hemos participado activamente. Nuestras aportaciones van a tenerse en cuenta en la rebaja a tres alturas de las nuevas construcciones del frente marítimo y en el 10% de tope para los apartamentos turísticos. El plan todavía tiene un recorrido para ser aprobado, pero ya está puesto en órbita. Consideramos que si sale como está, con las modificaciones, es un plan muy aceptable. Luego viene otra parte más importante aún que es la ejecución, pero ahí no va a estar Salvem el Cabanyal.

¿Cuánto de cansancio y falta de relevo ha habido en la disolución de Salvem Cabanyal?

Ha habido cansancio porque han sido 21 años y ahora hay menos gente dispuesta a ceder su tiempo porque ya no ven la amenaza del derribo de sus casas, pero no ha sido esto el motivo determinante. En la gestión del día a día se notaba y bastante, aunque la gente identificada con la plataforma son cientos, y así se ve en las asambleas extraordinarias, pero en las asambleas semanales de la junta directiva la asistencia había bajado, podríamos ser entre 10 y 40 personas. Había menos fuerza interna aunque el poder de convocatoria era el mismo.

¿No se van cuando más falta hace al barrio?

Es que no nos vamos. Es una evolución y una adaptación a unos nuevos canales de trabajo para resolver las necesidades del barrio. Algunos seguiremos en la Asociación de Vecinos del Cabanyal que es la entidad que está en la federación, tiene relación con el ayuntamiento y tiene la estructura y capacidad para hacer la faena de ahora y ejecutar el plan.

¿Ve riesgo de que se relajen los compromisos de inversiones ahora que no estarán?

Creo que no. El Cabanyal tiene que ser un barrio normal. Ya no estamos preparados para la trinchera, debemos dejar esto y empezar a hablar de medidas para mejorar el barrio. La destrucción del barrio está parada aunque se podría haber hecho más rápido eso es verdad. Ya veremos si lo hacen. Ahora tienen cuatro años por delante. Y se les han acabado las justificaciones de la burocracia, por ejemplo, con la Edusi, que ha sido un desastre.

¿Se habrían disuelto si hubiese ganado la derecha?

Yo creo que si. Mi postura, desde luego, no hubiese variado. Pienso que nos hubiéramos disuelto exactamente igual. Es verdad que ha causado sorpresa porque lo hemos hecho de manera discreta, sin anuncios pero no ha sido algo espontáneo sino muy pensado y previsto para hace tres meses, desde antes de las elecciones. La disolución de la plataforma no es una debilidad, es una oportunidad.