El Cabanyal de Barberá (i Peralta) (J.E. Tur de L’Informatiu)
A principios de la pasada semana el barrio del Cabanyal volvía a cobrar peso en las páginas de los diarios al salir a la luz pública la paralización reiterada de licencias por parte del Ayuntamiento que dirige con mano de hierro Rita Barberá, a los vecinos del barrio que quieren hacer obras de rehabilitación o reacondicionamiento en sus viviendas, o a los empresarios que desean construir inmuebles en solares de su propiedad. La alcaldesa siempre ha querido el barrio degradado para justificar su posterior derribo, y cada vez es más notorio y manifiesto para vecinos y extraños que es así. Asfixiados por el trato municipal, la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales del Marítim salió el pasado viernes junto a la Asociación de Vecinos del barrio a denunciar públicamente esta “política” de tierra quemada y pedir al Ayuntamiento su rectificación. Un gesto para nada baladí, ya que supone un giro de 180 grados por parte de una asociación -la de comerciantes- se había caracterizado hasta la fecha por el silencio o el apoyo a la destrucción de parte del barrio. Barberá se va quedando sola en su plan de destrucción.
A principios de la pasada semana el barrio del Cabanyal volvía a cobrar peso en las páginas de los diarios al salir a la luz pública la paralización reiterada de licencias por parte del Ayuntamiento que dirige con mano de hierro Rita Barberá, a los vecinos del barrio que quieren hacer obras de rehabilitación o reacondicionamiento en sus viviendas, o a los empresarios que desean construir inmuebles en solares de su propiedad. La alcaldesa siempre ha querido el barrio degradado para justificar su posterior derribo, y cada vez es más notorio y manifiesto para vecinos y extraños que es así. Asfixiados por el trato municipal, la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales del Marítim salió el pasado viernes junto a la Asociación de Vecinos del barrio a denunciar públicamente esta “política” de tierra quemada y pedir al Ayuntamiento su rectificación. Un gesto para nada baladí, ya que supone un giro de 180 grados por parte de una asociación -la de comerciantes- se había caracterizado hasta la fecha por el silencio o el apoyo a la destrucción de parte del barrio. Barberá se va quedando sola en su plan de destrucción.
A principios de la pasada semana el barrio del Cabanyal volvía a cobrar peso en las páginas de los diarios al salir a la luz pública la paralización reiterada de licencias por parte del Ayuntamiento que dirige con mano de hierro Rita Barberá, a los vecinos del barrio que quieren hacer obras de rehabilitación o reacondicionamiento en sus viviendas, o a los empresarios que desean construir inmuebles en solares de su propiedad. La alcaldesa siempre ha querido el barrio degradado para justificar su posterior derribo, y cada vez es más notorio y manifiesto para vecinos y extraños que es así. Asfixiados por el trato municipal, la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales del Marítim salió el pasado viernes junto a la Asociación de Vecinos del barrio a denunciar públicamente esta “política” de tierra quemada y pedir al Ayuntamiento su rectificación. Un gesto para nada baladí, ya que supone un giro de 180 grados por parte de una asociación -la de comerciantes- se había caracterizado hasta la fecha por el silencio o el apoyo a la destrucción de parte del barrio. Barberá se va quedando sola en su plan de destrucción.
El trapicheo en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras
Y seguramente por eso, para mitigar esa soledad y extender la culpabilidad de la degradación de la zona, ya el pasado jueves el concejal delegado de urbanismo del ayuntamiento, Jorge Bellver, señaló que parte de la degradación del barrio es responsabilidad de autoridades con carnet del PSOE. En concreto se refería al Delegado del Gobierno Ricardo Peralta, al que acusaba de tener abandonado el barrio “en temas de seguridad, que son su competencia”. Y sinceramente, a Bellver razón no le faltaba. El socialista es el responsable autonómico de la Policía Nacional, responsable a su vez de los delitos relacionados con el tráfico de droga, por lo que el trapicheo masivo en la zona, centenares de veces denunciado por los vecinos y fuente de degradación e inseguridad en determinadas zonas del Cabanyal, es cosa suya. Sin embargo, Peralta respondía el viernes a las acusaciones de Bellver -además de lanzando equívocos mensajes sobre acusaciones a la Policía Local que el edil nunca había realizado- mostrando unos informes que señalaban que las cifras de delitos y arrestos en el barrio habían descendido. El trapicheo mayor y menor en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras.
Hace unos años, esa serie policíaca norteamericana llamada The Wire (que debería ser de visión obligatoria para todos los ciudadanos del mundo occidental) ya enseñó a sus espectadores que las cifras son solo la coraza tras la que se esconde la gestión de los cuerpos de seguridad, y que las cifras se podían reducir no solo mitigando el crimen, sino escondiéndolo. Y eso es precisamente lo que sucede con el trapicheo en el Cabanyal: escondidito de la “gente de bien”, semitolerado en un territorio reducido, permite a la Policía un cierto control que sería más difícil si se extendiera por toda la ciudad, lo que al mismo tiempo permite a ésta controlar las cifras y maquillarlas a su conveniencia.
Eso es lo que hay. Rita Barberá y el PP degradan el Cabanyal, pero Ricardo Peralta y el PSOE, en lo que tienen competencias, también contribuyen a su actual estado. ¿Es esa la alternativa del PSPV-PSOE para el barrio? Por la experiencia (los futuribles son otra cosa) cabría decir que sí, pero si no lo es el asunto tiene fácil solución: que hagan rectificar a Peralta, o que rectifique quien le colocó ahí. Pónganse manos a la obra o su silencio cómplice seguirá hablando por sí solo
El trapicheo en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras
Y seguramente por eso, para mitigar esa soledad y extender la culpabilidad de la degradación de la zona, ya el pasado jueves el concejal delegado de urbanismo del ayuntamiento, Jorge Bellver, señaló que parte de la degradación del barrio es responsabilidad de autoridades con carnet del PSOE. En concreto se refería al Delegado del Gobierno Ricardo Peralta, al que acusaba de tener abandonado el barrio “en temas de seguridad, que son su competencia”. Y sinceramente, a Bellver razón no le faltaba. El socialista es el responsable autonómico de la Policía Nacional, responsable a su vez de los delitos relacionados con el tráfico de droga, por lo que el trapicheo masivo en la zona, centenares de veces denunciado por los vecinos y fuente de degradación e inseguridad en determinadas zonas del Cabanyal, es cosa suya. Sin embargo, Peralta respondía el viernes a las acusaciones de Bellver -además de lanzando equívocos mensajes sobre acusaciones a la Policía Local que el edil nunca había realizado- mostrando unos informes que señalaban que las cifras de delitos y arrestos en el barrio habían descendido. El trapicheo mayor y menor en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras.
Hace unos años, esa serie policíaca norteamericana llamada The Wire (que debería ser de visión obligatoria para todos los ciudadanos del mundo occidental) ya enseñó a sus espectadores que las cifras son solo la coraza tras la que se esconde la gestión de los cuerpos de seguridad, y que las cifras se podían reducir no solo mitigando el crimen, sino escondiéndolo. Y eso es precisamente lo que sucede con el trapicheo en el Cabanyal: escondidito de la “gente de bien”, semitolerado en un territorio reducido, permite a la Policía un cierto control que sería más difícil si se extendiera por toda la ciudad, lo que al mismo tiempo permite a ésta controlar las cifras y maquillarlas a su conveniencia.
Eso es lo que hay. Rita Barberá y el PP degradan el Cabanyal, pero Ricardo Peralta y el PSOE, en lo que tienen competencias, también contribuyen a su actual estado. ¿Es esa la alternativa del PSPV-PSOE para el barrio? Por la experiencia (los futuribles son otra cosa) cabría decir que sí, pero si no lo es el asunto tiene fácil solución: que hagan rectificar a Peralta, o que rectifique quien le colocó ahí. Pónganse manos a la obra o su silencio cómplice seguirá hablando por sí solo
El trapicheo en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras
Y seguramente por eso, para mitigar esa soledad y extender la culpabilidad de la degradación de la zona, ya el pasado jueves el concejal delegado de urbanismo del ayuntamiento, Jorge Bellver, señaló que parte de la degradación del barrio es responsabilidad de autoridades con carnet del PSOE. En concreto se refería al Delegado del Gobierno Ricardo Peralta, al que acusaba de tener abandonado el barrio “en temas de seguridad, que son su competencia”. Y sinceramente, a Bellver razón no le faltaba. El socialista es el responsable autonómico de la Policía Nacional, responsable a su vez de los delitos relacionados con el tráfico de droga, por lo que el trapicheo masivo en la zona, centenares de veces denunciado por los vecinos y fuente de degradación e inseguridad en determinadas zonas del Cabanyal, es cosa suya. Sin embargo, Peralta respondía el viernes a las acusaciones de Bellver -además de lanzando equívocos mensajes sobre acusaciones a la Policía Local que el edil nunca había realizado- mostrando unos informes que señalaban que las cifras de delitos y arrestos en el barrio habían descendido. El trapicheo mayor y menor en el Cabanyal, la inseguridad ciudadana en zonas amplias del barrio, es una evidencia, pero Peralta, en lugar de poner la carne en el asador para demostrar que la política socialista en el barrio es diferente a la popularista, tan solo enseñaba cifras.
Hace unos años, esa serie policíaca norteamericana llamada The Wire (que debería ser de visión obligatoria para todos los ciudadanos del mundo occidental) ya enseñó a sus espectadores que las cifras son solo la coraza tras la que se esconde la gestión de los cuerpos de seguridad, y que las cifras se podían reducir no solo mitigando el crimen, sino escondiéndolo. Y eso es precisamente lo que sucede con el trapicheo en el Cabanyal: escondidito de la “gente de bien”, semitolerado en un territorio reducido, permite a la Policía un cierto control que sería más difícil si se extendiera por toda la ciudad, lo que al mismo tiempo permite a ésta controlar las cifras y maquillarlas a su conveniencia.
Eso es lo que hay. Rita Barberá y el PP degradan el Cabanyal, pero Ricardo Peralta y el PSOE, en lo que tienen competencias, también contribuyen a su actual estado. ¿Es esa la alternativa del PSPV-PSOE para el barrio? Por la experiencia (los futuribles son otra cosa) cabría decir que sí, pero si no lo es el asunto tiene fácil solución: que hagan rectificar a Peralta, o que rectifique quien le colocó ahí. Pónganse manos a la obra o su silencio cómplice seguirá hablando por sí solo
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